Mi primera braco alemán, con total seguridad la culpable de mi pasión por esta raza, mi compañera infatigable de caza especialmente en aquellas larguísimas jornadas en tierras de Teruel a la codorniz. Con ella me inicié también en el mundo de la competición en la modalidad de San Huberto.
Puro nervio que mitigaba con ese roneo cuando sabía haber hecho algo mal, recuerdo verte subida a la repisa del bajador de casa entonando aullidos a la par que el vecino ensayaba con su trompeta, abriendo la puerta de algún otro perro para tener compañero de juegos o sacándote el collar que tan poco te gustaba.
Has sido, eres y serás un bonito recuerdo del tiempo que disfrutamos contigo "trasto", no merecías un final como el que tuviste el que te envenenó lo lllevará sobre su conciencia, D.E.P. Badana
BRACOS ALEMANES